Década 1950

DÉCADA 1950

En febrero de 1951, con el nombre de Soler & Palau S.A., los señores Eduardo Soler y José Palau, ponían en marcha en la localidad de Ripoll un proyecto ilusionante pero con difíciles perspectivas dada la precariedad del momento, sobre todo en cuanto al abastecimiento de materias primas.

Adoptando como logotipo un círculo ovalado en el que se inserían las siglas S&P, se utilizó el eslogan “S&P Una nueva marca con la calidad máxima” daba a entender cuál era la filosofía inicial de la empresa.

Primeras series del producto
Primeras series del producto
Primeras instalaciones de la factoría
Primeras instalaciones de la factoría (C/ Viñas, 1 – Ripoll)

Los primeros resultados de la conversión de la ilusión en negocio se empezaron a ver con los lanzamientos sucesivos de las series HBT, HST, HSB y TBT, así como reguladores monofásicos, todas ellas para aplicaciones industriales y comerciales. Les siguieron las series HC y HSM para aplicaciones más domésticas.

En abril de 1953 se publicaba el primer catálogo con el lema “Unidades Blindadas de Ventilación” con intención de reforzar el planteamiento de calidad que acompañaba al logotipo que a finales de ese mismo año se rediseñaba pasando de su forma ovalada inicial a la imagen de un círculo perfecto.

En 1955 y coincidiendo con la primera ampliación de la fábrica se abría la primera delegación comercial en Valencia, a la que siguieron en años sucesivos País Vasco, Murcia y Lérida.

Logotipo

Las necesidades del mercado exigían el desarrollo de nuevos productos. Los nuevos productos que se lanzaron fueron los portátiles de la gama PBT, centrífugos de media presión CST, ventiladores cenitales HTB y una robusta gama de ventiladores de sobremesa denominada VLO.

En 1959, la inquietud de la empresa para proporcionar al profesional información de calidad sobre el concepto de ventilación, desemboca en la edición de un folleto que bajo el título “Normas Generales de Ventilación” proporciona datos sobre las necesidades de ventilación según el tipo de locales y la incidencia del nivel sonoro en cuanto al confort en los lugares de trabajo.

A finales de la primera década de vida de la empresa fue necesaria una segunda ampliación de las instalaciones. Se había alcanzado una plantilla de 116 empleados y se facturaban 32 millones de pesetas (alrededor de 200.000 €).

Segunda ampliación de la fábrica
Segunda ampliación de la fábrica